Alquiler de barcos Atlantico / Bretaña

La zona preferida para el chárter en la Bretaña es el sur de la región – con bases en Lorient y Port de Crouesty. El Golfo de Morbihan es relativamente poco profundo aunque paisajísticamente sumamente atractivo, una zona en la que se puede pasar fácilmente una semana. Como en el resto de la región, debe prestarse aquí también especial atención a las corrientes. El litoral, con la Península de Quiberon y las islas de Belle-Ile, Ile de Houat, Hoedic e Ile de Croix, que se sitúan delante de ella, es considerado como una zona más bien tranquila. Menos clemente resulta el norte de Bretaña, en torno a Brest y Saint Malo.

La totalidad de esta región, donde aún hoy se encuentran restos de la cultura normando-bretona, es maravillosa desde el punto de vista paisajístico. Quien quiera mimarse un poco, puede aprovechar las múltiples ofertas de los baños termales de la zona. El primero de su clase en todas las prestaciones es el Hotel Miramar de Crouesty, el cual, construido en forma de barco, es también una atracción arquitectónica. En general puede afirmarse que la cocina bretona, abundante en “frutos de mar”, es excelente; los bancos de ostras invitan a ser visitados y la sidra no puede faltar.

Más hacia el sur hallamos otra región cautivadora. Port Les Minimes, en La Rochelle, es el segundo puerto deportivo de Europa (después de Port Camargues). El clima allí es relativamente benigno gracias a la corriente del golfo. En esta región de Charente Marítimo tienen su sede la mayoría de astilleros franceses. La ciudad, con sus más de 1.000 años de existencia vivió y vive de la navegación. Marítima es su cultura, su imagen urbana y la decoración de sus bares y restaurantes. Los charteristas deberían planificar un tiempo para una dilatada visita al histórico casco antiguo de la ciudad. Para ello pueden amarrar en el céntrico Port Vieux. Es ésta una zona bien guarecida gracias a la presencia de las islas Ile d’Oleron e Ile de Re delante del puerto. Otros hitos de esta etapa que definitivamente merece la pena visitar son el pueblo de St. Martin en la Ile de Re con sus numerosos restaurantes en el puerto, St. Denis d’Oleron, y la pequeña isla de Ile d’Aix, donde no circulan coches y en cuya bahía se puede fondear. Aquellos que recorran el Charente río arriba, podrán descubrir en Rochefort (Roquefort) una ciudad impregnada de tradición y encanto histórico.